FAITH NO MORE Y “THE REAL THING”: LA FUSIÓN DE GÉNEROS EN SU MÁXIMO NIVEL

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Lanzado el 20 de junio de 1989, el tercer álbum de la banda significó el debut de Mike Patton, aventurando un camino que los convertiría en leyendas generacionales.

Por Beto Arán.

No fue algo tan obvio. Son de esos efectos aletargados que, al llegar al organismo, generan la alteración crónica del maldito sistema nervioso. Y claro está, cuando el extrovertido video musical de “Epic” de Faith No More se convirtió en un éxito de MTV a principios de 1990, algo ocurrió en nuestras oscilantes vidas de adolescentes.  Si bien, en Chile no había acceso a MTV, salvo por algunos privilegiados (TV Max), el Festival de Viña del Mar, nos puso la alfombra roja para conocer de lleno el poderío de esta agrupación. Sin embrago, eso es harina de otra bolsa.

Volvamos a lo nuestro, “The Real Thing”, permaneció durante unos seis meses alojado en las tiendas sin mayor revuelo. De no ser por la cadena de videos, seguramente habría sido otro paso sin consolidación para la banda. De pronto, Faith No More alcanzó un éxito construido bajo el silencio de una masa ávida e inquieta por escuchar nuevos sonidos. Algo que saliera del glam rock o el thrash metal dominante en la escena de San Francisco.  De ahí que esas métricas agresivas e impredecibles que combinaban rock alternativo, funk rock, hard rock, art rock, por citar algunos géneros, confluyeran en hacia un concepto único e irrepetible. Ese que fortaleció el sello de la banda.

Cabe destacar que “We Care a Lot” (1985) e “Introduce Yourself” (1987), sólo un poco más simplificado, habían presentado la voz muy poco convencional de Chuck Mosley, quien originalmente reemplazó a Courtney Love antes de la fama. Sí, la misma ex esposa de Kurt Cobain.

“The Real Thing”, siguió evadiendo los rótulos comerciales y quebrando las estructuras musicales. Sin embargo, había una gran diferencia en el nuevo cantante principal, Mike Patton. Si bien, tuvo su parte de excentricidades y eclecticismo vocal, resulta imposible omitir el enfoque más artístico y reglamentado a un conjunto de canciones ya diseñadas antes de su llegada. En la placa, reconocemos a una banda alineada con sus raíces del Área de la Bahía. Ahí donde albergó la amistad adolescente del guitarrista Jim Martin con el fallecido bajista de Metallica, Cliff Burton. Sin duda, una sintonía con los riffs del thrash y el talento para acelerar la máquina cuando se hacía necesario.

Asimismo, la percusión del baterista Mike Bordin, unida a los ritmos elásticos del bajista versátil Billy Gould, ofrecían la magia necesaria para llegar a grandes audiencias. Cualidades que se amalgamaron a las líneas de sintetizador de Roddy Bottum, instalando un concepto melódico que hacia indescriptible la orientación creativa del grupo.

La obertura con el infernal intro rockero de “From out of Nowhere”, el hipnótico “Falling to Pieces” o la dinámica en clave pop de “Underwater Love”, eran la pauta de lo impredecible y vertiginoso de su obra. Y ni hablar de la patada en el trasero de “The Morning After” o “Surprise Your Dead”. Ésta última canción, utilizó imágenes en su video clip sacadas de sus cámaras personales en su visita a Chile (Viña del Mar, 1991).

Luego “Zombie Eaters”, “The Real Thing” y “Woodpecker from Mars”, no hacían otra cosa que inyectar oscuros matices a una experiencia sencillamente alucinante. A no olvidar ni dejar al margen su majestuosa versión “War Pigs”, tributando a Black Sabbath, como también el seductor remate con “Edge of the World”.

En definitiva, un disco hermoso que 33 años de su lanzamiento aún no me canso de escuchar. Probablemente, uno de los mejores estrenos que ha tenido un vocalista en una banda ya consolidada o en vías de aquello. Un ejemplo que, guardando las proporciones, se asemeja en gran medida a la llegada de Bruce Dickinson a Iron Maiden. Cada uno en lo suyo, pero combinando un factor en común: tanto el actual vocalista de la Doncella de Hierro como Mike Patton, hicieron crecer la popularidad de las bandas a nivel mundial, relegando a un segundo plano –cada uno tiene si opinión si justa o injustamente- a sus primeros cantantes. En fin, una discusión que da para largo.

Te invito a disfrutar de “The Real Thing”

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